Cuando terminé mi bachillerato tuve la oportunidad
de vivir en Tenerife por unos 6 meses y desde entonces uno de mis sueños era
darle la vuelta a la isla en moto. Ya en aquella época, la máquina que tenía en
la mira para realizar este paseo, era una Honda, específicamente, la VFR750 que
a mediados de los ochenta fue introducida al mercado mundial como una
innovación tecnológica. Con 195 kilos, la actual CB500X, gentilmente cedida por Aucasa
(importador de Honda para las Islas Canarias), pesa 5 kilos menos y me
pareció una alternativa interesante para realizar mi sueño.
Después de sacar estos 47 caballos de fuerza de su
establo en la Calle Ramón y Cajal, mi primera impresión fue, que la CB500X avanza
con suavidad y ligereza por el tráfico de la ciudad. Su sistema de escape produce un susurro agradable y obviamente fue diseñado pensando en
reducir al máximo la contaminación acústica. A mí me gusta sentir más el motor
y por ende uno de los primeros accesorios que le colocaría a esta moto, sería
un buen escape Yoshimura o Akrapovic, lo que definitivamente le destaparía el carácter
deportivo. De todas maneras el andar de la CB500X enseguida transmite la sensación
de confianza, calidad y control que son características del DNA de las
motocicletas Honda.
Con mi esposa, a quien le encantan las islas, salí a
dar un paseo de reconocimiento por Santa Cruz y sus alrededores. Fuimos hasta las
Teresitas, la playa de arena sahariana que sirve de balneario a los locales. El
motor bicilíndrico en paralelo de 471cc con doble árbol de levas (DOHC) nos
propulsó con ligereza a lo largo del puerto y luego por las estrechas curvas
subiendo la cuesta hasta el mirador de San Andrés. Reaccionando frente a un
cambio de carril indebido por un conductor distraído, probé los frenos ABS
(sistema de antibloqueo electrónico) que ya vienen de serie en todos los
modelos Honda a partir de la CB500X. Felicitaciones al fabricante por esta decisión
en pro de la seguridad! Esta tecnología es vital para el manejo en situaciones
de frenado brusco frente a una situación imprevista, especialmente para los
motociclistas. Dos amigos míos han sufrido graves accidentes con meses de estadía
en el hospital por haber bloqueado los frenos en una frenada de emergencia y
perder el control de sus motocicletas.
El gran día de mi gira a la isla comenzó saliendo de
Santa Cruz rumbo al Teide vía La Esperanza. Aunque la lluvia del día anterior había
eliminado la Calima (nube de polvo sahariano que había cubierto las Canarias
por dos días como efecto del Siroco), las calles todavía estaban un poco
resbaladizas por la mezcla del agua de la primera lluvia y la arenilla
berebere. Así mismo, la sombreada entrada al Pinar de La Esperanza, cuyas
verdes torres forman un contrastante túnel vegetal manteniendo la humedad sobre
el asfalto, me recordaron que adaptar la velocidad a las condiciones es la
clave para el manejo seguro.
Revolucionando el motor solo en la medida necesaria para navegar suavemente las curvas subiendo por el pinar, llegue algo frio, pero relajado al mirador del Monte de Joco donde ese día tuve por primera vez una vista despejada del volcán del Teide. Para los que todavía no le saben, con 3718 metros sobre el nivel del mar, el Teide es la montaña más alta de España y muy impresionante cuando se le conoce en persona.
El día estaba espectacular y la CB500x prometía ser
una excelente compañera para darle la vuelta a la isla. Así seguí con un ritmo más
dinámico rumbo al Teide entrando en territorio de la lava, que durante la
historia geológica de la isla ha formado unos paisajes increíbles y donde te
sientes transportado a la luna u otro planeta desértico. Pensé que si algún día
fuese a realizar un viaje de aventura en un planeta distante, definitivamente lo
haría con un vehículo robusto y fiable como la Honda. La CB500x inspira esta sensación
de movilidad segura en el tiempo.
Esta vez con mi hijo de "parrillero", bordee todo el
Valle Ucanca para luego cruzar rumbo a Chío. El asfalto en esta sección de
la carretera estaba bastante arrugado. La horquilla telescópica delantera de
41mm y el conocido sistema monoshock Pro-Link regulable atrás, me conectó
fielmente con la carretera y sus imperfecciones. Definitivamente la suspensión
de la CB500x está diseñada para andar en asfalto en buen estado
permitiendo así un manejo muy dinámico en las curvas y al mismo tiempo ofreciendo
excelente maniobrabilidad.
La TF-38, bajando desde las Cañadas del Teide, es
uno de los tramos más atractivos, donde a mano izquierda se puede apreciar una hermosa
vista panorámica de la Gomera. Este monolito estrujado de piedra volcánica que
sale del mar es el lugar donde nació mi padre. Ese día sus cimas estaban
totalmente cubiertas por una sola gran nube que permanecía estacionada sobre la
isla. Me dieron ganas de extender mi viaje para tomar el ferry y conocerla más
a fondo, pero decidí dejarlo para mi próxima visita a Canarias.
En Santiago del Teide me paré en un café donde
descansaba un grupo local de moteros con sus pesadas Touring alemanas. Pensé
que para la isla este era un despilfarro de cilindrada, potencia y dinero, ya
que en las cortas y estrechas vías con sus curvas cerradas, estas naves no
tienen ninguna ventaja frente a la ágil y divertida CB500X. Aproveché la parada para comerme
un jugoso bocadillo de solomillo y conversar con un turista alemán, quien se
quejaba de lo congestionado que estaba la zona turística del Sur.
De aquí quería cruzar por la TF-346 de Masca a
Buenavista del Norte y luego seguir a la punta. Cuando comencé a subir la
montaña y reconocí que esta ruta era un largo "espagueti Vermicelli", tan
estrecho que en la entrada de cada curva había que turnarse con los coches o
buses que venían en sentido contrario para pasarla. Como iba a tardar demasiado
en recorrer esos 22 km de estas infinitas curvas, opté por regresar a Santiago para
tomar la ruta rumbo a el Tanque. Para la CB500X el recorrido de curvas del
“Vermicelli” no hubiese sido ningún problema, pero yo no quería que me cogiera la
noche en el Norte de la isla y todavía me faltaba un buen trecho por recorrer.
Del pueblo El Tanque bajé por una pequeña calle de curvas cerradas y llegue a Garachico (ver foto abajo con el Roque), un pueblo muy pintoresco y de significado histórico, que representaba el principal puerto de la Isla antes de la conquista. Su plaza y el malecón sobre la lava, desde el cual se puede apreciar la bravura de su costa son sitios icónicos que hay que vivirlos. De Garachico me di un breve salto hasta Buenavista, esta vez por la costa.
Saqué unas fotos de los lindos paisajes costeros y
me encaminé rumbo a Icod de los Vinos y luego a Pinelere, la Orotava donde me reuní
con mi familia en el Guachinche de Lele y Lulu (ver foto abajo), quienes nos habían preparado
una típica comida canaria con calderos llenos de exquisitas piñas, costillas, gofio
escaldado, papas y vino de producción propia. La única manera de llegar a este
Guachinche es ir con alguien que ya haya estado ahí y con un vehículo que pueda
ascender la cuesta de casi 40 grados, lo que no fue problema para la CB500X.
Finalizado el banquete, regrese a la capital en línea
casi recta por la iluminada Tenerife-5 (Autopista del Norte). A 120 km/h, que
es la velocidad máxima legalmente permitida, la moto se siente extremadamente
estable y así me llevo sin demora hasta la entrada de las Ramblas donde culminó
mi gira a la isla. Cabe destacar el buen rendimiento de la CB500X que, pese al
almuerzo canario, realizó la vuelta completa a la isla con menos de un tanque
de combustible de 95 octavos.
Después de mi gira, me puse a ver las imágenes de la moto sobre los diferentes paisajes pintorescos que pude captar durante el viaje. El diseño de su parte superior y delantera me recordaba a una moderna embarcación marítima con líneas horizontales aerodinámicas y las partes bajas en tonos negros que se funden con el color de la vía. La parte alta del carenado en blanco y negro y el tanque en blanco mate, contrastan con el azul del mar y los cielos. Este diseño representa una fusión del estilo “adventure” y “sport” brindando una estética que cautiva y que seguro perdurará en el tiempo. Muchos de los llamados vehículos “crossover” tienden a perder la esencia del diseño original de cada tipo, pero en el caso de la CB500X, me parece que Honda logró un concepto muy limpio y balanceado.
Tomando en cuenta lo descrito sobre las
características de excelente maniobrabilidad en las curvas y la buena
propulsión que brinda el sólido motor bicilíndrico en paralelo en todas las
situaciones, definitivamente puedo constatar que la Honda CB500x es el vehículo
perfecto para las Islas. Se desenvuelve de manera profesional en todas las vías,
sea en el agitado tráfico diario de la ciudad, las curvas de las
carreteras de montaña o las rectas rápidas de las autopistas.
En una nota mas personal también les comento que en
el mundo somos muchos los entusiastas moteros que en su territorio de
residencia sea por mal clima, falta de curvas o tráfico excesivo, no tenemos
las condiciones ni cercanas a lo que ofrecen las Canarias. Yo mismo, que vivo
en Miami, básicamente recorro largas rectas planas con mucho calor y humedad.
Para un motociclista acostumbrado al "cruising" en estas condiciones,
Tenerife representa un paraíso de curvas, rutas moderadas de montaña, vistas
espectaculares y la posibilidad de andar en moto durante todo el año con
excelente clima (quitando la calima). Otros factores muy importantes son la
cantidad de rincones y exquisiteces gastronómicas por descubrir, la buena condición
de las carreteras, la hospitalidad de mi gente y la fantástica cultura motera
que ya existe en España y que hace que los automovilistas tengan cierto
entendimiento y respeto por sus compañeros de vía en dos ruedas. Compañeros
moteros canarios, podemos estar orgullosos de nuestras 7 Islas y espero que
sigamos fomentando la cultura de andar en dos ruedas. Ride on safely!