Sunday, November 16, 2014

Homus Consumiensis




Como ciudadanos de Weston tenemos la suerte de vivir a 10 minutos del Sawgrass Mills, la meca del consumismo en el sur de la Florida, al que diariamente peregrinan miles de compradores desde el mundo entero. Esto nos permite de vez en cuando darnos un salto a este templo del comprar aunque sólo sea para conseguir un libro.

Suena fácil, pero no lo es. Ya encontrar un puesto de estacionamiento durante el fin de semana puede convertirse en misión imposible. La técnica mas efectiva es pegar el parachoques casi en el trasero de algún comprador que esta retornando a su vehículo y confiar en la suerte de estar justo en el lugar indicado. No hay que inhibirse, la mayoría de visitantes del “mega mall” están acostumbrados a esta práctica y son bastante colaboradores incluso indicando la dirección en la cual se desocupara el sitio.

Rodeado por una vía de circunvalación que da acceso a varias planicies de estacionamientos, el Sawgrass Mills esta compuesto por 3 naves principales, cada una del tamaño de un transatlántico, mas dos áreas externas. Reúne más de 300 tiendas tipo "outlet" de las más famosas marcas y con una superficie total de 221.472 m2 es el “mal” de una planta mas grande del mundo.

Esto no inhibe que este monstruoso lagarto siga creciendo. Los “flagship stores”, las llamadas tiendas modelo exclusivas de las corporaciones, así como el Nike Store, el Adidas Shop, u otras, siguen brotando como hongos en el bosque. Luego están las tiendas como Brandsmart o Sports Authority que son “retailers” de géneros específicos que representan varias marcas dentro de su ramo. De ultimo están los negocios independientes a quienes se les dificulta cada vez más pagar los alquileres de los locales principales y son desplazados a las mini tiendas tipo kiosco en los pasillos.

Estos microorganismos tratan de contrarrestar la falta de reconocimiento, imagen y atracción de marca, con técnicas de "hard selling" convirtiéndose literalmente en ladillas que te bloquean el paso para estregarte alguna crema en el brazo mientras te descargan una catarata de argumentos sobre un producto que seguro no necesitas.

Me impacta observar como los turistas entran en un trance de consumo al ver tanta variedad de productos con precios por los pisos. Yo también fui uno de ellos antes de mudarnos a Estados Unidos. Obviamente el ahorro por unidad es volcado a mayor cantidad, ecuación monetaria que siempre resulta favorable para el comerciante. Hay tal abundancia de mercancía en este centro comercial, que pareciera que en Miami estuviesen las plantas de fabricación de todos los productos del mundo. Pero no es así, aquí es sólo donde se comercializan.

Eso si, al sur de la Florida vienen como "predators", o mejor dicho "collectors", los mas voraces consumidores internacionales. Una especie humana generalmente de grandes tallas y flácida apariencia que se mueve lentamente por los pasillos, arrastrando las inmensas valijas que llenan durante horas de recorrido por los helados pasillos e interminables estanterías.

Convenientemente dos extensas ferias de comida chatarra a cada extremo del “mall” aseguran el restablecimiento de "combustible" en forma de hamburguesas, “fast food” latino preparado por asiáticos y “cinamon rolls” recién horneados cuyo olor dulce y acanelado se mezcla con los vapores de las esencias que rocía el centro comercial para detonar la producción de endorfinas y de esta manera incentivar el consumo con las mas sofisticadas técnicas del marketing olfativo.

Observando estas escenas de familias en trance de compras, jovencitas burdamente maquilladas sentadas con espaldas encorvadas, rodeadas de bolsas de Gap y Abercrombie en sus carros de compras, cabezas de familia con cara de preocupación pensando en el limite de sus tarjetas de crédito, cansados de frenar el ímpetu de compras de sus cónyuges y cargando simultáneamente bolsas e hijos dormidos de aburrimiento.

Viendo este consumismo en esteroides, me pregunto si nosotros la civilización del occidente será capaz de producir todo lo que consume. Y no me refiero al aspecto financiero, ya que ahí ya esta comprobado que una pequeña minoría puede generar el ingreso para muchos, pero más bien desde el punto de vista productivo referente a la capacidad de trabajo, las habilidades manuales y mentales.

Por cada comprador que pasa una hora comprando en el Sawgrass Mills, deben haber 10 Chinos trabajando 12 horas por un sueldo miserable y bajo condiciones de trabajo que ninguno de nosotros en el llamado primer mundo aceptaría. Aprovecho para dar las gracias a la sociedad China, que ha permitido elevar el poder adquisitivo del mundo occidental llenándonos de corotos súper baratos y al mismo tiempo aceptando trabajar duramente por un salario que apenas les permite cubrir sus necesidades básicas - que viva la globalización!

Algún día, también los cientos de millones de trabajadores chinos querrán aumentar su nivel de vida y buscarán la manera de recuperar una parte del gran margen de beneficio que hoy día se lo lleva otro. Esta será la verdadera revolución roja y la sentiremos en el mundo entero. En nuestros países volveremos a localizar la producción y ajustar nuestro consumo a lo que podamos generar. Mientras tanto, seguiremos consumiendo por encima de nuestras posibilidades y aprovechando la ola de la abundancia "made in China".

Eso sí, yo dejaré los “outlet” para los turistas y seguiré fomentando el "online shopping" comprando en lo posible productos “made in the Americas or Europe”.